29 de abril de 2024

Prusia vs Reich: del Estado democrático al Estado total

Francisco Ramos Marín

 Abogado, UCAB. Doctorando en Derecho, UCAB

Podría afirmarse que el caso Prusia vs Reich sentenció -en lo jurídico- el destino de la República de Weimar, al legitimar de iure la deriva de un modelo democrático hacia un autoritarismo ejecutivo. En estas breves consideraciones se examinarán los elementos más relevantes del caso, y la confrontación teórica que este fallo generó entre Carl Schmitt y Hans Kelsen.

El 20 de julio de 1932 el recién nombrado canciller del Reich alemán Franz von Papen disolvió al parlamento prusiano, a través de un decreto de emergencia firmado por el Presidente Hindenburg, y colocó al länd de Prusia bajo el mando de un comisionado federal. La base normativa de este decreto fue el artículo 48 de la Constitución de Weimar, que establecía una “cláusula dictatorial” (Diktatur Artikle) por la cual el Presidente del Reich podía tomar -por decreto- medidas políticas para preservar la federación frente a las circunstancias internas de los länder.

De manera concreta, el decreto se justificó en dos causas: (i) Prusia no había ejecutado sus deberes hacia el Reich de manera acorde con la Constitución y (ii) Prusia había fallado en el mantenimiento del orden público durante las revueltas que enfrentaron a los nazis, los comunistas y la policía en Berlín así como en otras ciudades prusianas. En lo político, el decreto sería una maniobra estratégica de von Papen para hacerse con el länd más importante del Reich, cuyo canciller respectivo (Otto Braun), era de una línea contraria.

El gobierno prusiano recurrió la constitucionalidad del decreto de intervención ante la Corte Estatal en Leipzig (Staatsgerichtshof), que se ocupaba de los conflictos entre los länder y el Reich, sin ejercer propiamente la jurisdicción constitucional. El 25 de octubre de 1932 la Corte decidió que Prusia no había incurrido en un incumplimiento de sus deberes hacia el Reich, pero que -no obstante- había fallado en el mantenimiento del orden público, lo cual legitimaba el segundo fundamento normativo del decreto de Hindenburg. En resumen, la Corte decidió que la imposición de un comisionado federal a Prusia no era válida, pero sí lo era la intervención de la policía de ese länd. En esta solución de compromiso, el comisionado interventor sólo tendría control efectivo sobre la policía, mientras que el canciller Braun conservaría el resto de sus competencias.

Pero en la práctica, la decisión de la Staatsgerichtshof creó un desbalance en el gobierno de Prusia, cuyo canciller ya no tendría el control de la policía, lo que lo dejaba inerme en su función ejecutiva. De hecho, von Papen desacató el fallo judicial y su comisionado pasó a ejercer las funciones plenas dentro de Prusia.

La decisión de Prusia vs Reich supuso en lo teórico una adhesión al modelo constitucional propuesto por Carl Schmitt, según el cual la carta fundamental es la expresión de un Estado políticamente “fuerte” o “total”, que decide en lo interno cuáles son amigos o enemigos, apartándose del pluralismo en tanto en cuanto ese Estado es la expresión auténtica del pueblo.

En discurso de cierre ante la Staatsgerichtshof, Schmitt -quien representaba al Reich en el caso en examen- apuntó que la Constitución era una “entidad política” que se ejecutaba, en esencia, a través de decisiones políticas. Por ello, el Presidente del Reich era por antonomasia el guardián de la Constitución en todos sus aspectos, incluida la conservación del régimen federal. Con base en esta premisa, Schmitt razonó que el gobierno de Otto Braun no representaba a Prusia, por cuanto fue electo luego de una modificación procedimental del quórum parlamentario, de mayoría relativa a mayoría absoluta (el parlamento prusiano había hecho esta reforma en abril de 1932 para impedir el acceso de los nazis al poder). Según su criterio, esta reforma de la mayoría para formar gobierno privó a Prusia de su representatividad política como tal, y por tanto de su autonomía federativa, lo que fue remediado por el decreto del Reich. Esto es, el Presidente del Reich -como guardián- era competente para cuestionar y resolver sobre si era legítima la representatividad de los länder, por atribución del artículo 48 de la Constitución de Weimar.

Kelsen por su parte tachó de inconstitucional el decreto de Hindenburg, por cuanto al transferir por decreto las competencias ejecutivas del canciller prusiano a un comisionado federal, se habían desconocido dos principios esenciales de la Constitución de Weimar: la democracia y la federación. Para Kelsen, Hindenburg y von Papen han debido interpretar el artículo 48 constitucional con arreglo a las cláusulas generales de la República de Weimar. De lo que se sigue que el Presidente del Reich no podía ser un guardián de la Constitución, puesto que él mismo estaba limitado por ésta.

Confrontado de manera directa a Schmitt, Kelsen sostuvo que la Constitución era un conjunto de reglas que organizaban y limitaban el ejercicio del poder político, lo cual trascendía al concepto material que proponía Schmitt sobre la Constitución como una expresión continuista de la totalidad del Estado. Para el austríaco era una corte constitucional y no el Presidente del Reich el guardián de la Constitución, pero la Staatsgerichtshof no tenía formalmente las atribuciones propias de una corte de esta naturaleza, lo que colocaba en suspenso la fuerza ejecutiva de los fallos en los que interpretara una norma como el artículo 48 de la Constitución de Weimar. 

Por tal motivo, si bien el fallo Prusia vs Reich no tuvo eficacia práctica, toda vez que von Papen mantuvo con plena investidura al comisionado que había nombrado, en lo teórico -en criterio de Kelsen- esta falla institucional dejaba al Canciller del Reich sin límites normativos. A finales de 1932, con base en la señalada sentencia, un Kelsen pesimista sostuvo que el artículo 48 de la Constitución de Weimar había abierto la posibilidad de transformar a la república de un Estado federal a un Estado unitario.

Todo ello sentó las bases políticas y hermenéuticas para que en enero de 1933 comenzara la carrera del Estado total: Hitler fue designado canciller del Reich.

 

Bibliografía

Pauer-Studer, Herlinde. “Justifying Injustice. Legal theory in Nazi Germany”. (Cambridge: Cambridge University Press, 2022).

Vita, Leticia. “La legitimidad del Derecho y el Estado en el pensamiento jurídico de Weimar”. (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Eudeba, 2014).

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