11 de febrero de 2021

Unas notas sobre la desaparecida Sociedad Venezolana de Derecho Aeronáutico y del Espacio (SOVEDAE)

Antonio Silva Aranguren

Profesor de postgrado en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Monteávila. Coordinador del Diplomado en Derecho Aeronáutico de la Universidad Monteávila y del Anuario de Derecho Aeronáutico del Centro para la Integración y el Derecho Público (CIDEP).

SOVEDAE se creó como asociación civil en junio de 1967, con sede en Caracas, si bien luego sus estatutos fueron reformados para trasladar su presidencia a Valencia, dados sus vínculos estrechos con la Universidad de Carabobo. Su nacimiento está vinculado de modo inseparable al profesor Víctor Delascio, quien durante breve tiempo tuvo a su cargo la enseñanza del Derecho Aeronáutico en la Universidad Central de Venezuela, y a un grupo de sus alumnos, que habrían sido los artífices de la idea.

Es reveladora una carta del Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela Gustavo Planchart Manrique, publicada en el número 1 de la Revista que editó esa Sociedad. El profesor Delascio había informado que “un grupo de alumnos” le solicitaron “apoyo y asesoramiento en orden a la constitución de la Sociedad Venezolana de Derecho Aeronáutico y Espacial, asociación civil con finalidades estrictamente científicas y culturales” y pidió “el apoyo moral de la Facultad”. El decano le hizo saber que el Consejo de Facultad acordó “brindar todo su apoyo a tan plausible iniciativa”, al quedar “muy bien impresionado de la seriedad que tienen los planteamientos del grupo de alumnos que han acometido la empresa y la considera claramente reveladora de su espíritu auténticamente universitario y de su definida vocación por la investigación y la ciencia como instrumentos insustituibles para impulsar el progreso de los pueblos”. El Consejo “encuentra que es altamente satisfactorio constatar que la Facultad constituye ambiente propicio para que nazcan, e nutran y desarrollen proyectos como el que nos ocupa” y  felicita a Delascio “por la parte que le corresponde en este importante paso de avance en lo se refiere al desarrollo del Derecho Aeronáutico y Espacial en nuestro país, pues si bien la idea surgió de un grupo de preocupados alumnos, es evidente que nace como fruto de su actividad como profesor de esa materia, en la cual goza usted de sólidos y bien ganados prestigio y autoridad”.

La participación estudiantil era tan notoria que el número 1 de la Revista contiene un breve texto en el que Luis Ordoñez, quien fue Comandante de la Aviación Militar venezolana, recuerda la visita de “un grupo joven representante del estudiantado de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela y orientado hacia un campo que ha dejado de ser ficción y romanticismo para convertirse en algo tangible, a la vez que aplicable y apasionante, como es y será mucho más en el porvenir el Derecho Espacial”. Ese conjunto de alumnos, prosigue, “que para el momento rige como Consejo Directivo los destinos de la Asociación (…) habla con alegría, excluye el egocentrismo, se desenvuelve con energías, hace abstracción de factores políticos para alcanzar sus objetivos, lucha con vehemencia y espera frutos de la organización que para algunos puede ser una entelequia”. Les da un consejo para iniciar: tener en cuenta la próxima -que sería en agosto de 1968- Conferencia de las Naciones Unidad sobre la exploración y utilización del Espacio Ultraterrestre con fines pacíficos. 

El primer Consejo Directivo lo formaron Delascio como presidente y Freddy Belisario como vicepresidente -quien sería luego juez con competencia en asuntos aeronáuticos, más siete secretarios, todos bachilleres para el momento. La instalación de la Sociedad se hizo en el Paraninfo del Palacio de las Academias de Caracas, en diciembre de 1967 y, citando el texto que se recoge en el número 1 de la Revista, “el acto estuvo prestigiado por la asistencia de destacadas personalidades nacionales y extranjeras, representantes de las universidades del país, de los partidos políticos, las Fuerzas Nacionales, del Cuerpo Diplomático acreditado en Venezuela, organismos oficiales y de los medios de información en general”. La Universidad Central de Venezuela “cedió su Orfeón Universitario, como contribución cultual, el cual interpretó diversas piezas de su extenso reportorio”. Eran sin duda otros tiempos.

La Sociedad, en esa ocasión, entregó diplomas como “Miembro Honorario” a “personalidades” que se citan en el acta “por orden alfabético” y que acá reproduciremos como modo de mostrar las innegables buenas relaciones de los impulsores del proyecto: Nectario Andrade Labarca, Jesús María Bianco, Humberto Blanco Rondón, Ramón Carmona, Oscar Clavo Mejía, Aldo Armando Cocca, Oscar Machado Zuloaga, J.M. Nass, Luis Arturo Ordoñez, Gustavo Planchart Manrique, Rafael Armando Rojas, Aníbal José Rueda, Luis Tapia Salinas y Gumersindo Villasana.  

La lista revela variedad: en el mundo académico, los profesores Andrade Labarca y Planchart Manrique, decanos respectivamente de las facultades de Derecho de la Universidad del Zulia y Universidad Central de Venezuela, además de Bianco, rector de esa última y Rueda, vicerrector de la Universidad de Carabobo; en la aviación militar y en concreto en la formación, Clavo Mejía y Ordoñez, quienes ocuparon el cargo de Director de la Escuela Superior de la Fuerza Aérea Venezolana; del mundo empresarial, Machado Zuloaga, cuyo nombre lleva el aeropuerto privado de Caracas y que en su momento participó en las negociaciones que concluyen con la creación de la recordada línea aérea VIASA. Destacaremos el caso del argentino Cocca y el español Tapia Salinas: sería inconcebible abordar temas jurídicos en Derecho Aeronáutico/Espacial sin tenerlos en cuenta, por lo que ser miembros honorarios de la Sociedad da muestra clara de la seriedad del proyecto, así como las buenas relaciones de sus organizadores. Rueda había publicado una obra en la materia que obsequió a la Sociedad, de lo cual se deja constancia en el primer número, a la vez que se destaca que estaba “al frente del Seminario en Derecho Aeronáutico” en su universidad.

El Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela dio el discurso de apertura y el presidente de la Sociedad el de clausura. Entre ambos, el representante de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) expresó que el presidente del Consejo, Walter Binaghi, enviaba “sus más sentidas palabras de felicitación y aliento” y aseguró que en esa organización apreciaban “especialmente los serios esfuerzos que efectúan individuos y organismos” privados con el objeto de desarrollar el derecho aéreo” y recordó que “la OACI se ha beneficiado en el pasado” y “se beneficiará en el futuro del trabajo efectuado por sociedades” como esa, pues sus objetivos “prometen un futuro muy fructífero”.

Podemos revisar los objetivos de SOVEDAE, aprovechando precisamente el discurso del representante de la OACI: 

  1. 1. Uno de ellos era el de “realizar estudios tendientes a la unificación del derecho internacional privado y público” y “colaborar en los trabajos de entidades, institutos y universidades del mundo”, sobre el cual la OACI aplaude esta iniciativa, en particular porque su Comité Jurídico “tiene en estudio varias cuestiones” en las cuales esperan contribuciones de Estados y organismos internacionales que SOVEDAE podría “ayudar a preparar”.
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  3. 2. Otro objetivo era el de “fomentar la enseñanza del derecho aéreo en las universidades venezolanas”, sobre el cual recalcó que “es un propósito que ha sido oficialmente alentado por la OACI mediante la Resolución A10-40 de la Asamblea sobre la enseñanza del derecho aéreo” y  “una coincidencia feliz es que esa resolución fue adoptada en la 10ª sesión de nuestra Asamblea, realizada precisamente en Caracas en junio-julio 1956” y no quiso “pasar por alto que en esta ciudad dicta cursos de derecho aéreo el Presidente de SOVEDAE, Dr. Víctor Delascio, gran amigo de la OACI y durante los últimos tres años y hasta tres meses, Presidente del Comité Jurídico de nuestra Organización”.
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  5. 3. Además, la Sociedad pretendía “publicar una revista científica”. La OACI afirmó saber “de una sola revista sobre derecho aéreo en castellano”, por lo que la de SOVEDAE cubriría “una necesidad”, a lo que se sumaría “la publicación en castellano de estudios originalmente en otras lenguas” para ayudar “sobremanera a difundir el conocimiento del derecho aéreo y espacial a través del mundo de habla hispana”. Esa revista fue una realidad, al punto de que todas las citas que hacemos en estas notas son tomadas de la recopilación de documentos y textos sus se incluyeron en su primer número.

Delascio, en un discurso de clausura “largamente aplaudido por el auditorio”, se refirió a las dos disciplinas de la Sociedad: el Derecho Aeronáutico, “sólidamente establecido y en plena madurez”, y el “recientísimo Derecho Espacial, actividad llena de promesas pero también sembrada de incógnitas, dado el ámbito sin límites en que está llamado a actuar”. Luego de las palabras protocolares, centró su intervención en aspectos de interés jurídico sobre el espacio y los vuelos espaciales. Reconoció que el interés de los juristas está en saber que, si bien “se ha escrito desde hace siglos sobre el viaje a la Luna, nadie en su sano juicio hubiese perdido el tempo redactando un proyecto de estatuto jurídico aplicable a nuestro satélite natural”, de no ser “por lo inminente del logro técnico”, que hace que los abogados se ocupen “afanosamente del asunto”, “aunque creamos que han de pasar años antes de desembarcar allí”. Años no pasaron, sin embargo: sucedió año y medio después, y a ello la Revista destinó uno de sus pocos números.

En ese discurso final, Delascio puso de relieve que para la andadura de la Sociedad se contaba “con un selecto grupo de juristas nacionales” y “con la simpatía y colaboración de bastantes amigos y colegas extranjeros” y, “sobre todo, con la devoción y entusiasmo de una juventud estudiosa”. De la actividad de la Sociedad quedaron muestras palpables: su mencionada revista, que sin embargo desapareció en 1975, y la realización en 1971 de las V Jornadas Iberoamericanas de Derecho Aeronáutico y del Espacio, en la ciudad de Valencia, segundas en tierras americanas del Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico y del Espacio, fundado en 1964 en Salamanca y que habían recorrido además Granada y Quito. Las memorias de ese evento quedaron recogidas en el cuarto número de la Revista.

Cuando dejó de publicar su revista dejamos de saber públicamente de la Sociedad. Sirvan estas notas de crónica nostálgica y tal vez de incentivo para quienes dispongan de otros datos que permitan una reseña más completa de su trayectoria.

 

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